domingo, 25 de octubre de 2015

I LoveFuckingHate Universidad


Tengo una relación amor odio con mi universidad, más de odio que otra cosa. Luego de estar casi 30 minutos asoleándome mientras esperaba que abrieran una de las oficinas que debería de haber sido abierta precisamente antes de esos 30 minutos, el tiempo justo en el que me pongo como un camarón cocido ; me entretuve todo ese tiempo escuchando una de las platicas más primitivas que una mujer le decía a su amiga: “Yo no voy a dejar que esa perra me quite a mi novio, ya van varias veces que me las hace, pero no lo voy a dejar”. Vamos a ver, primero que nada creo que una parte de culpa de la cultura machista la tienen este tipo de mujeres que coagulan y alcahuetean cada vez más este tipo de comportamientos que denigran su integridad, segundo si lo quieren ver de esta manera, y esto aplica para hombres y mujeres, cuando tenés un tomate que está pudriéndose en la cajuela de las verduras del refri, ¿qué haces?, pues no lo dejas allí para que eche a perder todo lo demás, lo más lógico es que lo tirás a la basura, pues es tan simple como eso, como sumar 2+2=4 no 5, ni 1, ni 8. 

Momento después de asimilar la novela del novio infiel y la mujer sumisa, tengo que recalcar la amabilidad de las personas de atención al cliente de las unidades de gestiones para estudiantes, nótese mi sentido envenenado de ironía; debería de ponerse un buzón de sugerencias o hacer un “Undercover Boss”, para que se den cuenta de lo pésimo de este servicio, somos estudiantes no aberrantes Orcos (bueno algunos sí). Y por si fuera poco, me encuentro con una pseudo huelga de hambre y la categorizo en ese nivel, porque más parecía un sketch de algún programa barato de comedia, que algo serio, con sustancia de causa y más cuando veo a los huelguistas haciendo el paripé del medio muerto en una camilla mientras otro se comía una galleta Cuétara de chocolate, ay! esta cultura progre que se masifica como un virus. 

Al final luego de atravesarme todo el tráfico de la ciudad y gastarme casi $40 de gasolina (el doble de lo normal) ya tengo mi constancia, bueno a medias, porque una de las oficinas estaba cerrada, asumo yo que aprovechando el asueto obligado por una huelga nivel ripley. Conste que no todo es malo, en esta Universidad tuve grandes experiencias de vida y sobre todo conocí a grandes personas como a la niña con la que tuve mi idílico amor de secundaria y que me robó el aliento en una exposición, a la gran amiga de las Europas y al par de camaradas con los que hacemos tertulias filosóficas interminables. 

Ya no sé si cada ida a mi alma mater es un viaje al No Mundo de Beetlejuice o uno de los anillos de Dante, y es que no quiero dármelas de señor correcto crítico de todo, no soy ni lo más cercano a un hombre perfecto, pero al menos intento hacer las cosas de la manera más civilizada y coherentemente posible. 


I lovefuckinghate Universidad!



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