miércoles, 28 de octubre de 2015

Browniefobia



Todos los que me conocen saben que no soy precisamente un fan del chocolate, ¡sí eso mismo! quedense boca abiertos por tal aberración gustativa; y es que no puede haber ser humano sobre la faz de la tierra que no disfrute el placer de comerse un buen chocolate o todas las cosas que existen hoy en día de este manjar que debemos agradacerle a las Américas.

Siempre he sido el tipo de hombre que le ha tenido fobia a los brownies, quizá el único, no porque esté mal de la cabeza o algo así, sino porque que soy ehhhh digamos… un poco intolerante a las cantidades descomunales de azúcar, cosa que le agradezco a algunos padecimientos de salud los cuales serán revelados en mi E! True Hollywood Story. Oficialmente acepto ser defectuoso de fábrica y le tengo miedo a los brownies.

Muy pocas veces he comido brownies, para ser más exacto dos veces en mi vida. La primera vez que probé un pedazo de este decadente postre, fue en un café bistró que estaba en una esquina de una universidad, y digo “una tal cual” porque no era donde yo estudiaba, en realidad no recuerdo que andaba haciendo por esos lados con la novia que tenía en aquellos años; pero aquella tarde nos auto invitamos a una tertulia de café, con agarradas de manos bajo la mesa y un temido “Brownie à la Mode”, una mezcla pretenciosa de un clásico norteamericano al estilo francés y por si fuera poco con una bola de sorbete de vainilla por encima, digno de todo un pseudo bistró universitario. De ese día no recuerdo mucho, pero los flashbacks que me saltan en la memoria no son para nada gratos; y entre manos temblorosas, dolor de panza y un especie de descomposición orgánica, ese día caí tumbado sobre mi cama.

Ayer en mi trabajo, donde toda realidad se convierte en un episodio surrealista, una de mis vecinas de cubículo se ha dispuesto a ser toda una magnate de la repostería con su novio, vendiendo alfajores, tartaletas, pasteles y los channn channn: temidos brownies. Influenciado por el efecto de compra dominó, terminé tomando una bolsa de 4 brownies en presentación de tentempiés, no lo niego estaban deliciosos, tanto así que me dejé seducir por el sabor de dos de ellos y de un solo bocado. -Son tamaño petit- dije negandome ante el inminente desastroso desenlace de toda esta historia, a  los pocos minutos sentí como corría por mi cuerpo un hormigueo nauseabundo y como mis ojos veían de manera extraña el monitor de la computadora, -¡otra vez nooooo!-, me repetía mientras mi estado físico se derrumbaba en picada. Al final terminé regalando las otras dos porciones que me sobraron y esa noche intentando todo remedio posible, como injerir chile en hojuelas y nachos barbacoa, solo conseguí tener una noche fatal.

Dos días después, sigo sintiendo muy a lo lejos, los estragos de tal bomba de azúcar en mi cuerpo. Definitivamente los brownies y yo somos los perfectos archienemigos de película. Por supuesto yo soy el bueno.

PD: Brownie me las vas a pagar!

lunes, 26 de octubre de 2015

Years & Years y su "King" están taladrando mi cabeza.



-I was a king under your control-. 

Ha vuelto a suceder, eso que no pasaba desde el ultra mega clásico favorito de favoritos “Enjoy de silence” de Depeche Mode, desde los melancólicos “Sour girl” de los Temple Pilots, de “Ready to go” con Saffron y los República, los resonantes “A place called home” de PJ Harvey y “March of pigs” de NIN; los dosmileros "Lucky day" de la ginger inglesa Nicola Roberts y "I blame myself" de la ex modelo de Forever 21 Sky Ferreira, los hits españoles "Kamikaze" de Amaral y "Disparé" de la dulce Nena Daconte; los electrificantes "You know me better" de la verdadera artista conceptual Roísín Murphy (mucho antes que apareciera la mercadológica de Gaga), "Changing" de Sigma ft. Paloma Faith, "Self machine" de la hija de Sting y su banda I Blame Coco y el "Amazing" de Seal; los Latinoamericanos de Motel con "Y te vas", "La Flotadera" de Hello Seahorse, "Te Llevo para que me lleves" de Cerati y debo aceptarlo aunque muera de vergüenza "Dopamina" de Belinda; la lista sería interminable y la verdad es que me declaro culpable de ser un compulsivo al momento de ponerle loop al play del reproductor con la música que me gusta. Acabo de darme cuenta que con el pasar del tiempo me he hecho un popero empedernido, y espero que del bueno. 

Por esas situaciones incomprensibles del reproductor aleatorio automático de You Tube, me pasó al track  "King" de Years & Years como si hubiera sido un episodio furtivo del destino -I was a king under your control-. Desde el primer momento fue algo así como una obsesión con aquel video sencillo y prolijo donde domina la simpleza, el blanco, el bajo presupuesto y tres chicos comunes y corrientes que fácilmente podrían vivir en la casa de al lado. Esa noche me quedé viendo ese video muchas veces y deleitándome por como se unía la melodía, la letra y la delicadeza visual que cae en una experiencia artístico visual simple, básica y casi de manualidad casera. Desde ese día y luego de ver todas las versiones en vivo posibles de "King", me viene pinchándome la cabeza su sonido y no puedo sacármelo de allí; seguro por esa ola sonora tan fresca que le da una pausa realmente agradable a tanta basura prefabricada de adolescentes que nos vomita el mundo de la música  en estos últimos años. 

¿Dónde he visto a ese chico que lidera la banda?, rondaba por mi cabeza sabiendo que lo había visto en algún momento y en algún canal de TV,  vaya descubrimiento que me llevé al darme cuenta que ese mismo tipo  desgarbado y esquelético que viste con ropa estilo American Appareal, era uno de los personajes de la séptima temporada especial de Skins "Hope", los episodios de la emblemática Cassidy , y el mismo de "God Help the Girl"-I was a king under your control-. Para sorpresa Olly Alexander, junto a Mikey Goldsworthy y Emre Türkmen se tenían bajo la manga una banda con un sonido tan alucinante y prometedor que representa la actual escena musical londinense. Years & Years es sin duda alguna una de las revelaciones de la escena britpop electrónico del 2015, y a lo mejor parte de su explosión musical en el tope del número 1 en Inglaterra y el constante play en todas las emisoras y canales de videos musicales, radica en que son tres tipos simples y tímidos que se ven mucho más jóvenes de los que son, que pretenden ser simplemente ellos mismos sin poses ni parafernalias de estrellas instantáneas y que al final de cuentas hacen música bien pensada,  poco complicada y con lo mejor de la modernidad de la segunda década de los dosmiles. Hoy me recuerdan tanto a esa avalancha de música alucinante de la invasión británica de los 80s y 90s. (Simple Minds, Tear for Fears y Oasis aún les sigo escuchando!).


"Real", "Shine", "Eyes Shut", "Desire", "Take Shelter" y todo el "Communion" es ahora uno de mis discos favoritos del año y "King" sin duda alguna está en el tope de mis canciones favoritas no solo del 2015, sino que de todos los tiempos. Solo queda esperar que esos zapatos deportivos noventeros que no se quita Olly sean lo suficientemente pesados para no dejar que toda la banda pierda el piso. Ya veremos.

-I was a king under your control-.











domingo, 25 de octubre de 2015

I LoveFuckingHate Universidad


Tengo una relación amor odio con mi universidad, más de odio que otra cosa. Luego de estar casi 30 minutos asoleándome mientras esperaba que abrieran una de las oficinas que debería de haber sido abierta precisamente antes de esos 30 minutos, el tiempo justo en el que me pongo como un camarón cocido ; me entretuve todo ese tiempo escuchando una de las platicas más primitivas que una mujer le decía a su amiga: “Yo no voy a dejar que esa perra me quite a mi novio, ya van varias veces que me las hace, pero no lo voy a dejar”. Vamos a ver, primero que nada creo que una parte de culpa de la cultura machista la tienen este tipo de mujeres que coagulan y alcahuetean cada vez más este tipo de comportamientos que denigran su integridad, segundo si lo quieren ver de esta manera, y esto aplica para hombres y mujeres, cuando tenés un tomate que está pudriéndose en la cajuela de las verduras del refri, ¿qué haces?, pues no lo dejas allí para que eche a perder todo lo demás, lo más lógico es que lo tirás a la basura, pues es tan simple como eso, como sumar 2+2=4 no 5, ni 1, ni 8. 

Momento después de asimilar la novela del novio infiel y la mujer sumisa, tengo que recalcar la amabilidad de las personas de atención al cliente de las unidades de gestiones para estudiantes, nótese mi sentido envenenado de ironía; debería de ponerse un buzón de sugerencias o hacer un “Undercover Boss”, para que se den cuenta de lo pésimo de este servicio, somos estudiantes no aberrantes Orcos (bueno algunos sí). Y por si fuera poco, me encuentro con una pseudo huelga de hambre y la categorizo en ese nivel, porque más parecía un sketch de algún programa barato de comedia, que algo serio, con sustancia de causa y más cuando veo a los huelguistas haciendo el paripé del medio muerto en una camilla mientras otro se comía una galleta Cuétara de chocolate, ay! esta cultura progre que se masifica como un virus. 

Al final luego de atravesarme todo el tráfico de la ciudad y gastarme casi $40 de gasolina (el doble de lo normal) ya tengo mi constancia, bueno a medias, porque una de las oficinas estaba cerrada, asumo yo que aprovechando el asueto obligado por una huelga nivel ripley. Conste que no todo es malo, en esta Universidad tuve grandes experiencias de vida y sobre todo conocí a grandes personas como a la niña con la que tuve mi idílico amor de secundaria y que me robó el aliento en una exposición, a la gran amiga de las Europas y al par de camaradas con los que hacemos tertulias filosóficas interminables. 

Ya no sé si cada ida a mi alma mater es un viaje al No Mundo de Beetlejuice o uno de los anillos de Dante, y es que no quiero dármelas de señor correcto crítico de todo, no soy ni lo más cercano a un hombre perfecto, pero al menos intento hacer las cosas de la manera más civilizada y coherentemente posible. 


I lovefuckinghate Universidad!