domingo, 25 de abril de 2010

No me gustan los domingos...


...a partir de las 5:00 p.m.

Seguramente a mucha gente le debe pasar lo mismo que a mi, o al menos eso quiero creer para no sentirme más raro de lo que ya soy… pero vamos a ver, a quien le gustan los domingos, en especial cuando se llega la hora en que se convierten en la víspera de los lunes; pues a mi los domingos no me van, no mas No!, quiero creer que es por el culmen de la monotonía robótica de la semana y que luego de la sobre dosis de cansancio y empatía acumulado, me hacen ponerme particularmente en este día en un estado casi vegetativo, donde la única actividad física que hago cuando me toca pasármela en casa, es el zapping mientras me entrego a las patatas de grasas transgénicas.

Ahora que lo recuerdo, esa fobia a los domingos a lo mejor sea por que desde niño tenia la fatal costumbre obligada de ir los domingos a misa, aclaro que no por gusto personal, sino porque 12 años en la “milicia marista” así me lo demandaba o más bien me lo obligaba, tanto que tenia que llevar el cuerpo del delito de haber ido, el, en este caso “bendito” misal, ese papelillo de papel periódico que ni siquiera sé a ciencia cierta que tiene… Creo que ahí empezó todo.

Pero esa falta de gusto tan particular por los domingos, en gran parte esta ligada a lo que mencionaba antes, esa repetición de actividades de la que soy preso durante la semana, mas bien el problema comienza como a las 5 de la tarde de ese día, es en ese momento exacto en que mi cronometro mental (el cual no esta muy bien que digamos) empieza a funcionar y rápidamente se me prende el chip del: “mañana es lunes, mañana es lunes, tic toc tic toc”…, por lo que me parece que este post no debería llamarse “no me gustan los domingos” sino “no me gustan los lunes”, de todas maneras da igual, los dos días son una porquería, por lo que implican cada uno de ellos específicamente, en especial por la levantada de los lunes que mas parece un suplicio chino o un acto de tortura medieval… Es que definitivamente los lunes deberían de institucionalizar comenzarlos a las 11 de la mañana!.

Por lo que caigo a cuenta de cómo la psiquis humana tiene la capacidad de maquinar estados anímicos que desestabilizan la tranquilidad de una persona, pues así es, creo que eso es lo que me sucede, tengo miedo a la monotonía que cada lunes empieza puntualmente y sin falta, la que desde hace un tiempo ha invadido mi vida cada lunes de cada maldita semana desde hace un par de años (tres para ser exactos), o será mas bien el miedo a ser preso perpetuo a esa sensación?.
Definitivamente ahora que escribo esto, me doy cuenta que tengo que hacer algo al respecto para vencer una de mis más grandes fobias, el que comienza a las 5 de la tarde de cada domingo, cuando mi corazón late con una sobre aceleración marcada por la ansiedad, la voz interna que comienza a decirme contradictoriamente un “que no se acabe el domingo” y la impaciencia de saber que casualmente este día es en el que mas tarde me duermo, que casualidad no?, la ley de Murphy!.

Fijo, desde ahora tengo que hacer de mis domingos algo desenfadado y ligero. Después de todo el domingo en realidad no es el séptimo día, sino el primero.

domingo, 18 de abril de 2010

Fútbol para dummies



No me gusta el fútbol… yyyyyy que!(seguramente este post podría ser lo más parecido a un acto suicida
que podría atentar contra mi seguridad)


Al parecer si eres hombre y no te gusta el futbol, eres anomal, anómalo, de otro planeta, o eres maricón, que tal eso, es el constante acoso de vivir en una cultura que tiene por "cultura": el morbo y la ignorancia. Pero porque me tiene que gustar algo que rasga en el concepto erróneo de lo que cotidianamente conocemos como "normal", cuando lo normal no tiene fronteras más que los de la ética y la moral.

Debo admitir que nunca fui un niño normal comprendido en el significado cotidiano de la normalidad y hablando analógicamente siempre fuí el prototipo de la edición limitada de mi generación o en su defecto el error de producción de la fábrica de niños en París. De chico recuerdo que en las navidades del 93, aquel pequeño de shorts negros de bolsitas a los lados, camisas negras y all star desabrochados, jamás se le cruzó por la cabeza pedir un balón de fútbol sino que desesperadamente esperó hasta las 12 p.m. de esa noche buena, para hacer pedazos el papel con print de bastoncitos de caramelo con el cual estaban envueltos los ansiados “Nevermind” de Nirvana y el “Blood Sugar Sex Magik” de los Chilli Peppers.

A lo mejor mi particular visión del mundo es producto de que provengo de una familia con una herencia plagada de inquietudes artísticas, músicos, escritores, pintores, revolucionarios, soñadores; de hecho, de niño nunca me llevaron al estadio, bueno si, debo admitir que una vez fuí pero realmente no pasó de ser mas que una experiencia de grata felicidad infantil y que no dejó ninguna huella marcada en mi vida; por el contrario me llevaban al museo, paseos que disfrutaba con especial atención, y en vez de regalarme un balón de fútbol me regalaban libros y pinturas para colorear libretas; tampoco nunca me compré el álbum de cromos del mundial sino que termine llenado con gran afán el de una de mis caricaturas favoritas, Los Thundercats. Reflexionando sobre ello, después de todo que tiene de masculino llenar un álbum del mundial con 200 cromos de fotos de hombres sudados, jaja heee toma! para que les duela en el ego a todos los que lo han llenado. Y así, a lo que hoy reconozco como "afortunado", fuí creciendo con un gusto a lo que no era lo establecido por las normas sociales de lo erróneamente conocido como “normal”.

Hoy, ya de grande, sufro un poco la presión del síndrome “testosterona deportiva”, la que de alguna manera u otra, antes no dejaba de afectarme, lastimosamente nosotros los hombres estamos en una constante lucha por probar nuestra virilidad a través de lo que normalmente son “los gustos masculinos”, y si eso implica ir a sentarme como espécimen de Cro-Magnon y bañarme en galones de cerveza mientras veo el fut (por poner un ejemplo gráfico y cliché de la temática que estoy hablando), pues paso, simplemente no soy así, y con el que no concuerde pues que le den a tomar por culo!.

Comprendo que es algo normal del ser humano, ese compartamiento del “ser aceptado”, creo que en cierta forma todo lo que hacemos es para pertenecer a un grupo, debe de ser algo evolutivo, en el mundo animal de eso va, si no logras entrar a la manada estas frito como un espárrago, pero con el tiempo he ido creciendo y me ha valido eso, al punto de que he comprendido que al único que debo de darle gusto con lo que hago a nivel personal, es a mi mismo.

Poco he hablado del tema del fútbol, pero es que es así de simple, no me gusta y ya está, que lo único que me gusta del fútbol es mirar los miles de wallpapers de nenas pornos con camisetas mojadas que hay en Google; y es que la verdad que cuando hay algún partido del clásico de clásicos del fut español, a mi me da igual, no es un suceso que digamos paralice mi vida en ese momento, lo que si podría hacerlo es que viniera de gira que se yo, Bjork, Oasis, Depeche, los Killers, Chris Martin y compañía…(que la lista podría ser interminable); de hecho a la gente le parece extraño y seguro que entre líneas dicen: que raro eres, que aburrido, como no te puede gustar… Es así, voy a mi ritmo, a mis gustos y se extrañan que prefiera saber sobre la obra de mis ídolos de la estética visual como Akerlund, Sigismondi, Gondry o el maestro Corbijn, en vez de saberme el ranking de goles de Messi, que tenga mas camisas de bandas iconos del rock y ninguna tan sola de un equipo de futbol, o como la vez que me dijeron mientras estábamos en algo del mundial: “como puede ser que no te puedas los estadios famosos del mundo”… pues que no me los puedo y que!... en cambio me puedo las capitales del mundo, eso me debe de sumar puntos no?. De verdad que no comprendo como existe tanta gente mentalmente rígida y con estigmas establecidos de lo que debe de gustarte, que si no te gusta lo que les gusta a ellos, pues nada que eres un Freak… y si me toca serlo, pues lo soy, de hecho me agrada.

La verdad es que en gustos se rompen géneros y disfrutaría mucho más de una buena película, inteligente, con excelente fotografía y a lo mejor hasta finalista del Festival de Berlín... que sentarme a ver un partido de fútbol; sencillamente es así, es cuestión de gustos y ya está, sino chequense lo siguiente:

“Si a todos nos gustara lo mismo, el mundo sería tristemente monótono”…